Historia


Nuestra Historia

A lo largo del tiempo personas de todo el mundo se sorprenden al ver el trabajo de los artesanos mexicanos y como está tan arraigado en nuestra cultura.

El oficio de todo artesano se pasa de generación en generación, pero va más allá de transmitir un conocimiento técnico, cuando un artesano enseña a su hijo con amor y dedicación, se toma su tiempo, inculca valores y aprovecha el momento para compartirle las enseñanzas de la vida.

A inicios del año 2000, la industria en México sufrió una crisis por la entrada del calzado asiático, de pronto todos necesitaban hacer diseños que no requirieran tiempo y que se pudieran duplicar fácilmente con materiales económicos; lamentablemente de la noche a la mañana, un oficio que requería de años de trabajo para lograr la excelencia, fue abaratado. Los padres de Alejandra Lavinia con tristeza decidieron cerrar su taller y guardar su maquinaria, cada uno de sus cuatro hijos voló y comenzó a dedicarse a “lo que más les gustaba”, pocos son los afortunados que saben, que lo que se aprende con tanto amor, no se olvida, y de una u otra forma regresas al inicio.

El camino de regreso para Alejandra Lavinia, sin saberlo, comenzó hace 10 años como artista audio-visual, vio en el calzado el lienzo para ser utilizado como arte objeto, comenzó dando clases de diseño de calzado, hasta que se terminó de forjar una idea en su cabeza, conociendo desde su infancia sobre la fabricación del calzado y sobre las cualidades del papel, fue entonces que supo que era viable un calzado de papel. Se aventuró a crear su marca, tomar el reto que dura años de patentar su proceso de manufactura y ahora, está aquí ofreciendo una propuesta innovadora y para algunos muy loca.

Después de que te pruebes unos zapatos de Alejandra Lavinia, te darás cuenta que no son frágiles como muchos creen y podrás sentir el amor, trabajo y dedicación de los artesanos mexicanos.